Filmoteca Vasca

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Historismos, un álbum en Flickr.



Tesoros de celulosa


La Filmoteca Vasca conserva, desde 1978, las películas de la historia del País Vasco

Un partido en San Mamés a comienzos de la II República, el primer filme en color de Donosti en tiempos franquistas o la reconstrucción del barrio bilbaíno de Otxarkoaga en 1965. Películas de nuestro pasado restauradas y guardadas con mimo en un pequeño local escondido en el barrio donostiarra de Amara. La Filmoteca Vasca es un baúl de recuerdos, imágenes e historias.

Pero no todo son grandes retazos, también hay pequeños tesoros entre los rollos de películas familiares de 8 mm o súper 8. Como cuando descubrieron en una grabación a un joven Jorge Oteiza cincelando una figura, que luego resultaría ser un apóstol del Santuario de Aránzazu. Ahora pertenece a la memoria histórica de la filmoteca. Además todas las escenas de bautizos y bodas anónimas tienen un alto valor sociológico ya que permiten conocer el atuendo, los coches y las calles de aquella época. Por eso el Gobierno vasco lo declaró Institución de Utilidad Pública en 1997. 


Peio Aldazabal 
Peio Aldazabal es uno de los padres de la filmoteca y como tal, no se ha separado de ella desde su nacimiento en 1978 cuando abrieron “con 600 metros de material inflamable”. Ahora cuentan con siete millones y medio de película y 2.500 títulos diferentes. Aquellas filmaciones de 50 segundos a 12 imágenes por segundo ‘ocupaban18 metros de nitrato de celulosa y de algodón de pólvora.Si abro una peli ahora, volaría toda la sala”, bromeó Aldazabal. El formato actual, de 35 mm de anchura y 4 perforados por cada lado a 24 imágenes por segundo, es universal. “Se puede proyectar un día en Bilbao y al día siguiente en Nueva Deli”, indicó el fundador.

La finalidad de la filmoteca es investigar, recuperar, archivar, conservar y exhibir, “por este orden”, matizó Aldazabal. Por ello lamenta la destrucción de material a lo largo de los años. A finales de los años 20 el aterrizaje del cine sonoro enterró las películas mudas; en los 50 se prohibió el soporte utilizado hasta entonces –el nitrato, altamente inflamable, se sustituyó por el acetato– así que se fundió. “La tercera fase comienza ahora y será la más importante: el cine digital”, zanjó.




A pesar de lo reducido de las instalaciones, cuentan con 2 telecines para digitalizar todas las cintas: “Vienen de Berlín y no creo que haya más en España”. También disponen de un telecine profesional único en Euskadi. La custodia de todo el material está compartida entre Eibar e Irun. En el primer caso se guarda en una sala a 14 grados y una humedad del 50 por ciento donde se concentra más de la mitad de las copias, mientras que el archivo principal está en el palacio irundarra de Urdanibia en una cámara especial a seis grados y el 40 por ciento de humedad con una capacidad para 10.000 ‘latas’ de 600 metros. “Cada grado que bajes mejora la conservación, sobre todo, de los filmes de color”, concluyó con orgullo el director de la Filmoteca Vasca.



Audios:




Autores: Sara Enjuto, Melanie Quintana, Virginia García y Javier Diez-Astrain


                         
                         
                                             
                                     
                                     
                                                 
                                   
                           
                                         
                           
                                         

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